Review of 'Escritos revolucionarios' on 'GoodReads'
4 stars
La completa confianza que Bakunin da a la ciencia que tiene «absoluta» autoridad sobre la noción de la vida en general, me hace pensar que lo que, mucho después, Lyotard considera del conocimiento científico como un discurso insuficiente respecto de la «verdad».
De todas maneras, la idea que captura mi imaginación es que la rebeldía es una facultad necesaria; rebeldía, por supueesto, al régimen hegemónico; a toda esa nueva mitología moderna en la que están enredadas economía, política y vida cotidiana...
Review of 'Cine III : verdad y tiempo de potencias de lo falso - 1. edición' on 'GoodReads'
5 stars
Estas son las clases de Deleuze, muy didácticas y amenas. Su explicación sobre los conceptos del falsario y la imagen cinematográfica como un cristal son alucinantes. Un deleite de lectura.
Veladamente, el diálogo con otras fuentes teóricas (como P. De Man) de Audrey, puede considerarse como continuidad de una noción de la literatura desde una ontología de lo inmanente (ya desde cierto acercamiento postestrucuralista). Parece que la breve revisión de algunos conceptos deleuzianos requiere una profundización que hace falta notar. Sin embargo, es como una bocanada de aire fresco después de el sesgo deconstructivo de la escuela de Yale.
Me llama mucho la atención que la idea del pensamiento como punto de partida de lo cognoscible y la razón como instrumento de sentido sean declaradas formas de acceso a la verdad en tanto que ésta se presenta como tatutológica, lo que me llevó a la retórica como el arte de la persuación. La tautología es una figura retórica y Descartes no se limita en usarla como su argumento central (además de otras tatnas como la analogía, la metáfora, etc.). Además, el argumento tautológico es, prácticamente, una sinécdoque también. En pos de la claridad, la redunancia construye también una estructura racional.
Piénsese, además, en la suposición del genio engañador (genium aliquem malignum) es una figura hiperbólica y por lo mismo alegórica. Todo ello remite, sin duda -y ahora más-, al uso del lenguaje. Resulta significativo que el mismo Descartes atienda esta noción de la dificultad de expresar con …
Me llama mucho la atención que la idea del pensamiento como punto de partida de lo cognoscible y la razón como instrumento de sentido sean declaradas formas de acceso a la verdad en tanto que ésta se presenta como tatutológica, lo que me llevó a la retórica como el arte de la persuación. La tautología es una figura retórica y Descartes no se limita en usarla como su argumento central (además de otras tatnas como la analogía, la metáfora, etc.). Además, el argumento tautológico es, prácticamente, una sinécdoque también. En pos de la claridad, la redunancia construye también una estructura racional.
Piénsese, además, en la suposición del genio engañador (genium aliquem malignum) es una figura hiperbólica y por lo mismo alegórica. Todo ello remite, sin duda -y ahora más-, al uso del lenguaje. Resulta significativo que el mismo Descartes atienda esta noción de la dificultad de expresar con palabras lo que piensa y sobre la ambigüedad que caracteriza a las mismas, diciendo «me causan decepción los términos del lenguaje ordinario»(Meditación segunda). ¿Cómo no considerar todo esto como una preocupación acerca del temor a lo incierto? Esta preocupación llevará a Russell y a Whitehead a redactar su Principia y es que, puede verse desde aquí, que la Modernidad no es necesariamente un proyecto inacabado (Adorno) o que ha fracasado (Lyotard) sino que ni siquiera ha terminado por comprenderse como la fuerza de una hegemonía en el que el temor a «suspender el juicio» es una lucha contra el miedo a control y al poder...